Autónomos

¿Qué obligaciones fiscales y tributarias tiene un autónomo?

Llevar al día la facturación y los pagos a Hacienda es clave para tu tranquilidad. Te guiamos paso a paso por todos los modelos, plazos y obligaciones para que tu negocio crezca sin sobresaltos.

Isabel Rubio

Isabel Rubio

Ser autónomo significa llevar las riendas de tu proyecto profesional, pero también asumir una serie de responsabilidades fiscales que, si no se gestionan correctamente, pueden convertirse en un quebradero de cabeza.

Conocer y cumplir con las obligaciones tributarias no es solo un requisito legal; es la base para una gestión financiera sana y evitar sanciones.

En este artículo vamos a desglosar de forma clara y práctica las principales obligaciones fiscales a las que te enfrentas. Abordaremos los impuestos que debes pagar, los modelos que tienes que presentar trimestral y anualmente y otras obligaciones formales, como la facturación.

Principales obligaciones fiscales del autónomo

Una vez que gestionas el alta como autónomo, tu panorama fiscal se puede resumir en cuatro pilares fundamentales. No son solo pagos, sino un conjunto de declaraciones y cumplimientos que mantienen tu situación al día con la Agencia Tributaria.

  • Impuestos: debes liquidar y pagar varios impuestos, principalmente el IRPF (sobre tus rentas) y el IVA (sobre tus ventas). Dependiendo de tu actividad, también puede afectarte el Impuesto de Actividades Económicas.
  • Declaraciones: estás obligado a presentar periódicamente declaraciones informativas donde detallas tus ingresos, gastos y el resultado de tu actividad. Estas pueden ser trimestrales y, por supuesto, la anual.
  • Modelos: cada declaración se materializa en un documento o “modelo” oficial (como el 130, 303 o 390). Conocer qué modelo presentar y cuándo es crucial.
  • Pagos a cuenta: a diferencia de los trabajadores asalariados, que tienen retenciones mensuales sobre su salario, tú realizas pagos fraccionados trimestrales a cuenta de la declaración de la renta anual. Es una forma de ir saldando tu deuda tributaria por adelantado a lo largo del año.

¿Qué impuestos debe pagar el autónomo?

Hay tres impuestos clave con los que vas a convivir como autónomo. Entender su naturaleza te ayudará a saber por qué y para qué los pagas.

IRPF: régimes posibles

El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas grava los beneficios que obtienes de tu actividad. La peculiaridad es que lo pagas por anticipado, de forma trimestral, a cuenta del resultado final del año. Aquí es donde elegir el régimen de estimación correcto marca la diferencia:

  • Estimación directa (normal o simplificada): es el régimen general. Declaras tus ingresos reales menos los gastos reales deducibles. Es el más exacto y recomendable para la mayoría, especialmente si tus gastos son significativos y bien documentados.
  • Estimación objetiva (módulos): no se basa en ingresos y gastos reales, sino en ciertos indicadores o “módulos” (personal empleado, metros cuadrados del local, etc.) que Hacienda define para cada actividad. Es una opción que se está reduciendo progresivamente y es válida solo para actividades muy concretas.

IVA: modelos trimestrales y anual

El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es un impuesto indirecto que repercutes a tus clientes y que debes ingresar periódicamente a Hacienda, pero con una particularidad: puedes restar el IVA que tú mismo hayas pagado a tus proveedores.

  • Liquidación trimestral (modelo 303): cada tres meses calculas la diferencia entre el IVA repercutido (el de tus facturas emitidas) y el IVA soportado (el de tus facturas recibidas). Si el repercutido es mayor, ingresas la diferencia. Si el soportado es mayor, Hacienda te devuelve la diferencia o la compensa en los siguientes trimestres.
  • Declaración anual resumen (modelo 390): es un resumen informativo de todas las operaciones del año. No conlleva pago, pero es obligatoria.

Más información: El IVA y el IRPF en las facturas de un autónomo.

Impuesto de Actividades Económicas (IAE)

Es un impuesto municipal que grava el mero ejercicio de una actividad económica. La buena noticia para la gran mayoría de autónomos es que están exentos durante los primeros tres años de actividad y, posteriormente, si su cifra de negocio no supera el millón de euros anuales. Aunque estés exento de pago, es obligatorio darse de alta en el epígrafe correspondiente del IAE en el momento del inicio de la actividad.

¿Qué modelos fiscales debe presentar un autónomo?

Los modelos son los formularios oficiales que utilizas para comunicarte con la Agencia Tributaria en lo que respecta al pago de impuestos, declaraciones informativas y comunicaciones censales, entre otros. A continuación te dejamos un listado práctico de los principales modelos que utilizarás en tu día a día como autónomo y que, por tanto, debes conocer.

Modelos trimestrales obligatorios

En abril, julio, octubre y enero tendrás que presentar los modelos trimestrales correspondientes a la actividad realizada durante los 3 meses anteriores. Los más importantes son:

  • Modelo 130 / modelo 131: declaración-liquidación del IRPF. El 130 es para estimación directa y el 131 para módulos. Con ellos calculas y realizas los “pagos a cuenta” de este impuesto que se realizan a lo largo del año.
  • Modelo 303: liquidación del IVA; es el resultado de restar el IVA repercutido y el soportado.
  • Modelo 115: es una declaración de las retenciones e ingresos a cuenta realizados si recibes ingresos en concepto de arrendamientos urbanos.

Modelos anuales / resumidos

Al finalizar el ejercicio fiscal, es obligatorio presentar ciertas declaraciones o resúmenes anuales, que recogen y regularizan los impuestos que has pagado o adelantado durante el año. Los más importantes son: 

  • Declaración de la Renta (modelo 100): aquí se regulariza todo el año. Se suman todos tus ingresos y a esta cantidad se le restan todos tus gastos para calcular la renta real y calcular la cantidad que debes pagar. Luego, se restan los pagos a cuenta que ya hiciste a través de los modelos 130 trimestrales. El resultado puede ser a pagar (si has pagado menos de lo que te corresponde) o a devolver (si has pagado de más).
  • Modelo 390: resumen anual del IVA.
  • Modelos 190 y 349 (si aplican): el modelo 190 es un resumen de las retenciones de IRPF que hayas practicado a proveedores o empleados durante el año. Por su parte, el modelo 349 es para operaciones intracomunitarias con otros países de la UE.

Modelos específicos por situación especial

Si realizas operaciones con el extranjero (UE o fuera de la UE), o si superas cierto volumen de facturación, pueden surgir obligaciones con modelos específicos como el 296 (operaciones con terceros países) o el declarativo 347 (con personas o empresas con las que hayas superado los 3.005,06 € anuales).

¿Qué otras obligaciones formales debes cumplir?

Más allá de los modelos, Hacienda exige una serie de obligaciones de cara a una posible inspección.

La primera de ellas corresponde a la facturación: la emisión de facturas correctas es una obligación ineludible. Deben incluir todos los datos obligatorios: numeración correlativa, fecha, tus datos y los del cliente, descripción de la operación, base imponible, IVA aplicado y, si corresponde, retención de IRPF. Además, debes conservar una copia de todas las facturas emitidas y recibidas durante, al menos, 4 años.

Además, debes llevar un registro ordenado de tu actividad económica. Esto incluye:

  • Registro de ventas: control de todas tus facturas emitidas.
  • Registro de compras y gastos: control de todas las facturas de tus proveedores.
  • Registro de bienes de inversión: para activos como ordenadores, vehículos profesionales, etc., que se amortizan a lo largo de varios años.

Por otro lado, estás obligado a comunicar a Hacienda ciertas operaciones, como la obtención de pagos en efectivo superiores a 1.000 euros (o 500 euros en determinados supuestos) de un mismo cliente. En este caso, debes informar a Hacienda a través del modelo 179.

¿Cómo afecta la cotización a la Seguridad Social en tus obligaciones fiscales?

Aunque la Seguridad Social y Hacienda son administraciones diferentes, existe una relación directa entre ambas en la figura del autónomo.

El primero de ellos afecta al inicio mismo de la actividad: darte de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) es un requisito previo e indispensable para poder ejercer una actividad económica. Sin este alta, no puedes facturar legalmente.

Recientemente, se ha implantado un sistema de cotización basado en los ingresos reales netos. Esto significa que tu base de cotización (y por tanto, la cuota mensual que pagas) ya no es fija por completo, sino que se ajusta a tramos en función de tus ganancias. Esto vincula directamente tu rendimiento fiscal (ingresos menos gastos) con tu obligación con la Seguridad Social.

Además, las cuotas que pagas a la Seguridad Social son gastos deducibles en tu declaración de IRPF. Esto reduce la base imponible sobre la que tributas, por lo que, en la práctica, una parte de lo que pagas en cotización te lo “devuelve” Hacienda vía menor pago de impuestos.

¿En qué se diferencian las obligaciones fiscales de las obligaciones laborales o de Seguridad Social?

Es fundamental no confundir estos dos ámbitos: las obligaciones fiscales (con Hacienda) se refieren al pago de impuestos (IRPF, IVA) y a la presentación de declaraciones sobre la actividad económica. Su fin es financiar los presupuestos del Estado.

Por su parte, las obligaciones laborales con la Tesorería General de la Seguridad Social se refieren a tu protección social como trabajador. Incluyen el alta, la cotización mensual (que da derecho a sanidad, jubilación, baja por enfermedad, etc.) y, si tienes empleados, las nóminas y sus cotizaciones.

Son dos vías paralelas e igual de importantes. Incumplir en una no exime de la otra, y ambas pueden conllevar sanciones independientes. Una gestión profesional implica mantener ambas al día.

¿Qué consecuencias tiene el incumplimiento de las obligaciones fiscales?

El incumplimiento, ya sea por olvido o error, tiene consecuencias económicas y legales que es mejor evitar. La primera de ellas es económica: Hacienda aplica multas dinerarias que pueden ser leves, graves o muy graves

Una presentación fuera de plazo puede suponer una multa del 5% al 20% de la cantidad a declarar, mientras que una declaración incorrecta o la omisión de datos puede acarrear sanciones del 50% al 150% de la cuota defraudada.

Además de la sanción, si pagas fuera de plazo, se aplican intereses de demora sobre la cantidad adeudada. Hacienda también puede emitir un “recargo de oficio” si es ella quien descubre la deuda y te requiere para pagarla.

Los errores reiterados o la ocultación de ingresos aumentan significativamente el riesgo de sufrir una inspección fiscal. En los casos más graves, la Agencia Tributaria puede exigir el pago de deudas con embargos en cuentas corrientes e, incluso, derivar el caso a la vía penal por delito fiscal.

Consejos y buenas prácticas para cumplir tus obligaciones fiscales sin problemas

La clave para realizar una correcta gestión fiscal de tu negocio está en la organización y la prevención:

  • Marca en tu calendario las fechas clave: los plazos para los modelos trimestrales (abril, julio, octubre y enero) y los anuales (mayo/junio para la renta). Utiliza recordatorios automáticos una semana antes para tener margen.
  • Un software de gestión como Holded puede ser tu mejor aliado. Automatiza la creación de facturas, calcula automáticamente el IVA y las retenciones, y te permite generar los borradores de los modelos fiscales con un clic, sincronizando toda tu información contable. Esto reduce drásticamente los errores y te ahorra horas de trabajo manual.

¿Es necesario contar con un asesor fiscal o se trata de algo que puedes gestionar tú mismo? Depende de ti. Si tu actividad es muy sencilla, tienes conocimientos sólidos y tiempo, el hecho de encargarte tú mismo puede suponer un ahorro inicial.

Ahora bien, contar con un asesor fiscal es casi imprescindible para actividades con cierto volumen, gastos complejos o dudas. No es un gasto, es una inversión. Te garantiza cumplir correctamente, te asesora para ahorrar impuestos de forma legal y te libera tiempo para tu negocio. Para la mayoría de autónomos, es la opción más recomendable.

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