Una inspección de Hacienda puede llegar sin previo aviso y generar mucho estrés, pero no tiene por qué ser traumático. La mayoría de problemas surgen por desconocimiento del procedimiento o documentación desorganizada, no por fraude.
Entender el proceso, conocer tus derechos y mantener una actitud colaborativa pero informada marca la diferencia entre una inspección exitosa y una experiencia complicada.
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Prueba Holded gratis¿Qué es una inspección de Hacienda?
Una inspección de Hacienda es un procedimiento administrativo para comprobar e investigar el cumplimiento de obligaciones tributarias. Su finalidad no es recaudar, sino verificar que las declaraciones son correctas y completas.
Diferencias entre inspección, comprobación limitada y requerimiento informativo
La inspección es el procedimiento más complejo, que puede durar hasta 18 meses y abarca todos los aspectos fiscales. La comprobación limitada se centra en aspectos específicos con menor duración y el requerimiento informativo es una simple solicitud de información que puede preceder a actuaciones más amplias.
Principales motivos que desencadenan una inspección de Hacienda
Aunque algunas inspecciones son aleatorias, la mayoría responden a indicios específicos que detectan los sistemas de control de la Agencia Tributaria.
Los descuadres entre declaraciones trimestrales y anuales son una señal de alerta frecuente. Si tus declaraciones del IVA no coinciden con lo declarado en el Impuesto de Sociedades o IRPF, es probable que generes una investigación.
Las devoluciones de IVA elevadas o recurrentes también llaman la atención, especialmente si no están justificadas por inversiones importantes o por la naturaleza de tu actividad. La deducción irregular de gastos empresariales, como gastos personales imputados a la empresa, es otro motivo común.
Las pérdidas continuadas en el tiempo sin explicación clara, los ingresos bancarios no justificados o atípicos, la solicitud del NIF intracomunitario sin actividad real que lo justifique y las subvenciones públicas mal declaradas son otros factores desencadenantes.
¿Qué fases conforman el procedimiento inspector?
El procedimiento inspector sigue una estructura predeterminada por la normativa tributaria que es importante conocer para entender qué esperar en cada momento y poder prepararte adecuadamente para cada etapa del proceso.
Comunicación del inicio de actuaciones inspectoras
La primera fase es la notificación del inicio, que puede llegar por correo certificado, ser entregada directamente en persona o, incluso, ser notificada cuando los inspectores se presenten sin previo aviso en tus instalaciones. En esta comunicación oficial se especifican detalladamente los tributos y ejercicios que van a ser objeto de inspección (generalmente 18 meses desde la fecha de inicio).
Desarrollo de las actuaciones: comprobación e investigación
Durante esta fase, que constituye la parte más extensa del procedimiento, los inspectores realizan todas las actuaciones necesarias: solicitar documentación, visitar instalaciones, requerir comparecencias y obtener información de terceros. Los inspectores tienen amplias facultades investigadoras, pero también existen límites legales que deben respetar, especialmente en lo que se refiere al acceso al domicilio particular y la protección de datos personales.
Documentación de las actuaciones
Todas las actuaciones se documentan mediante diligencias (documentos públicos oficiales donde se constata lo observado por los inspectores). Es fundamental leerlas atentamente antes de firmar y hacer constar tu disconformidad si no estás de acuerdo.
Finalización del procedimiento
El procedimiento finaliza con la elaboración de actas que recogen las conclusiones definitivas de la inspección y las propuestas de regularización correspondientes. Antes de la firma de estas actas, la normativa te otorga el derecho a una audiencia donde puedes presentar alegaciones por escrito, aportar documentación adicional que consideres relevante y defenderte de las propuestas de regularización que consideres incorrectas o desproporcionadas.
¿Qué documentación tendrás que presentar a Hacienda durante la inspección?
Durante una inspección de Hacienda, los inspectores pueden solicitar prácticamente cualquier documentación que consideren relevante para verificar tu situación fiscal y el cumplimiento de tus obligaciones tributarias: contabilidad oficial, facturas, extractos bancarios, contratos, nóminas, declaraciones fiscales y correspondencia comercial.
Recuerda que, según la normativa tributaria, debes conservar las facturas y demás documentación fiscal durante un período mínimo de seis años contados desde el último día del plazo para presentar la declaración correspondiente a cada ejercicio.
Posibles resultados de la inspección y vías de recurso
Una vez finalizada la fase de investigación, el procedimiento inspector puede concluir con diferentes tipos de resultados según tu grado de conformidad con las conclusiones alcanzadas por los inspectores y las regularizaciones propuestas.
Acta de conformidad
Si tras analizar detenidamente las conclusiones de la inspección estás completamente de acuerdo con todos los hechos comprobados y las regularizaciones tributarias propuestas, procederás a firmar un acta de conformidad. Esta modalidad de cierre tiene efectos jurídicos inmediatos y definitivos, ya que el acta equivale directamente a una liquidación tributaria firme.
Como contrapartida a esta renuncia al derecho de recurso, obtienes una significativa reducción del 30% en las sanciones que pudieran corresponder por las infracciones tributarias detectadas durante la inspección. Esta opción puede ser interesante cuando las conclusiones de la inspección son inevitables y las regularizaciones propuestas están bien fundamentadas.
Acta con acuerdo
En ocasiones es posible alcanzar una solución negociada con la inspección sobre aspectos controvertidos o cuando existe conformidad parcial con las conclusiones. En estos casos se formaliza un acta con acuerdo que permite cerrar determinados aspectos de la inspección de forma consensuada.
Esta modalidad también conlleva una reducción significativa de las sanciones aplicables. Además, te permite evitar la incertidumbre de procedimientos administrativos y judiciales posteriores, así como los posibles recargos e intereses de demora que se generarían durante la tramitación de recursos.
Acta de disconformidad
Si después de analizar las conclusiones no estás de acuerdo con los hechos imputados o consideras que las regularizaciones propuestas son incorrectas o desproporcionadas, procederás a firmar un acta de disconformidad. Es importante comprender que la firma de este tipo de acta no implica en modo alguno que reconozcas los hechos imputados o las infracciones detectadas.
La firma del acta de disconformidad simplemente documenta formalmente tu desacuerdo con las conclusiones de la inspección y preserva todos tus derechos para la fase posterior del procedimiento. Tras la firma de esta acta, será el órgano liquidador correspondiente quien dicte la resolución definitiva después de evaluar toda la documentación del expediente y las alegaciones que hayas podido presentar.
¿Es posible presentar recurso a la inspección?
Sí, el sistema tributario español ofrece múltiples vías de impugnación contra las liquidaciones resultantes de una inspección. Puedes presentar recurso de reposición ante el mismo órgano que dictó la liquidación y posteriormente reclamación económico-administrativa, además de acudir a la vía judicial.
¿Cuánto dura el procedimiento de inspección?
Los plazos de duración están legalmente establecidos y su conocimiento es fundamental para proteger tus derechos. El plazo máximo general es de 18 meses desde la comunicación del inicio. Durante este período, la prescripción de los tributos inspeccionados queda interrumpida, lo que significa que Hacienda puede liquidar tributos de ejercicios que podrían haber prescrito.
En casos más complicados, que impliquen estructuras societarias complejas, operaciones internacionales o cuando se aprecien indicios de delito fiscal, el plazo puede ampliarse hasta 27 meses. También se amplía cuando el contribuyente no colabora adecuadamente aportando la documentación requerida en los plazos establecidos.
Si Hacienda supera el plazo máximo establecido, no se considera interrumpida la prescripción por las actuaciones realizadas fuera de plazo. Esto puede llevarte a que algunos ejercicios prescriban y no puedan ser liquidados, lo que constituye una ventaja importante para el contribuyente.
¿Cuáles son tus derechos y obligaciones durante la inspección?
Conocer tus derechos y obligaciones es fundamental para afrontar la inspección correctamente y proteger tus intereses:
- Derecho a información: debes ser informado del motivo de la inspección, tributos y ejercicios afectados, así como del alcance de las actuaciones
- Asistencia letrada: puedes hacerte acompañar por un asesor fiscal o abogado durante todas las actuaciones inspectoras
- Protección del domicilio: los inspectores no pueden acceder a tu domicilio sin tu consentimiento o autorización judicial, aunque sí pueden acceder a locales comerciales abiertos al público
- Límites del inspector: aunque tienen amplias facultades para obtener información, deben respetar el procedimiento establecido y tus derechos fundamentales
Cómo prepararse y actuar durante una inspección fiscal
Una buena preparación y actitud adecuada pueden marcar la diferencia. Lo más importante es mantener tu documentación perfectamente ordenada y accesible. Durante el proceso, colabora de forma proactiva pero prudente: aporta la documentación solicitada en tiempo y forma, pero evita ofrecer información adicional que pueda abrir nuevas líneas de investigación.
La transparencia es clave: no trates de ocultar información o dar explicaciones poco creíbles. Nunca firmes documentos que no entiendas completamente ni hagas manifestaciones dudosas. Si la inspección es compleja, es altamente recomendable contar con asesoramiento profesional especializado.
Estrategias efectivas para evitar futuras inspecciones
La mejor inspección es la que no llega. Mantén una contabilidad rigurosa, coherencia en declaraciones fiscales, justifica adecuadamente los gastos deducibles e intenta utilizar un software de gestión fiscal automatizado para mantener todos tus datos claros. Verifica que las liquidaciones del IVA coincidan con tu contabilidad.
Una inspección de Hacienda no tiene por qué ser negativa si estás preparado. La transparencia, organización y conocimiento del procedimiento son tus mejores aliados. La mayoría se resuelven satisfactoriamente cuando el contribuyente ha llevado gestión fiscal correcta y puede justificar sus operaciones.